ANALIZANDO EL 2025 EN #LAESCUELADEBDSM

ANALIZANDO EL 2025 EN #LAESCUELADEBDSM
Tiempo de lectura: 20 minutos

2025 ha sido un año de consolidación, reflexión y también de resistencia para #LaEscuelaDeBDSM. No solo por los números, que llegan y se van, sino por algo mucho más importante: la constancia en una forma de entender el BDSM basada en la educación, el consentimiento y la responsabilidad. Desde que el proyecto nació en 2020, la web y las redes han crecido de manera progresiva, sin atajos ni discursos fáciles, apostando siempre por un contenido que informe, cuestione y, cuando hace falta, incomode. Este artículo no es un resumen triunfalista, es una mirada honesta a lo que ha supuesto este año para el proyecto y para la comunidad que lo rodea.

Porque si algo ha dejado claro 2025 es que divulgar sobre BDSM sigue siendo una tarea incómoda en muchos espacios. Hablar de límites, abuso, salud mental o dinámicas sanas no suele ser lo más premiado por los algoritmos, pero sí es lo más necesario. Mientras otros optan por el silencio o la superficialidad, #LaEscuelaDeBDSM ha seguido publicando, creciendo y defendiendo que el BDSM no es solo juego ni fantasía, sino también ética, autocuidado y pensamiento crítico. Este artículo recoge siete puntos clave que resumen lo vivido durante el año, sin adornos innecesarios y con la intención clara de seguir construyendo a largo plazo.

ENTRE CUERDAS Y CONFIANZA - La Escuela De BDSM
La Escuela De BDSM

ANALIZANDO EL 2025 EN #LAESCUELADEBDSM

Hablar del crecimiento de #LaEscuelaDeBDSM implica mirar atrás y entender que nada de lo conseguido en 2025 es casual. El proyecto nació en 2020 con una idea muy clara: ofrecer educación sobre BDSM desde el respeto, el consentimiento informado y la responsabilidad personal. Sin promesas rápidas ni fórmulas mágicas. A lo largo de estos cinco años, la web ha ido evolucionando con una base sólida, construida artículo a artículo, apostando por contenidos que priorizan la seguridad y la reflexión frente al impacto inmediato.

Porque crecer despacio no vende titulares, pero sí construye credibilidad. En un entorno donde muchos proyectos aparecen y desaparecen al ritmo de las tendencias, #LaEscuelaDeBDSM ha optado por mantenerse fiel a su línea editorial. Y no, no siempre ha sido lo más cómodo. Explicar límites, desmontar mitos o señalar prácticas peligrosas no suele generar aplausos inmediatos, pero sí crea una base de lectoras y lectores que buscan algo más que erotización superficial.

A lo largo de 2025 se ha reforzado esta forma de trabajar: menos ruido y más contenido útil. Cada publicación ha tenido un objetivo claro, aportar información contrastada y accesible tanto para personas que se inician en el BDSM como para quienes llevan años dentro de la comunidad. Este equilibrio no es sencillo, pero es una de las claves que ha permitido que el proyecto siga creciendo sin perder identidad.

Quizá lo más irónico de todo es que, en un mundo digital obsesionado con crecer rápido, el verdadero avance de #LaEscuelaDeBDSM ha sido no desviarse del camino. Seguir educando cuando lo fácil sería simplificar. Seguir explicando cuando otros prefieren callar. Y entender que el crecimiento real no se mide solo en cifras, sino en la calidad del impacto que se deja en quien lee.

Hablar de educación sexual en BDSM sigue siendo, en muchos espacios, una incomodidad constante. No porque falte información, sino porque gran parte de ella se presenta sin contexto, sin límites claros y sin una mínima responsabilidad ética. Desde #LaEscuelaDeBDSM, 2025 ha sido un año especialmente firme en este aspecto: no tomar atajos. Cada contenido publicado ha partido de la misma base, explicar el BDSM como una práctica consensuada, consciente y con implicaciones reales en la salud física y emocional de las personas.

Durante este año se ha insistido en algo que a veces resulta incómodo de escuchar: el BDSM no es solo deseo, juego o fantasía. También es comunicación, autocontrol, aprendizaje constante y revisión de dinámicas. Esto implica hablar de errores, de malas prácticas y de situaciones que cruzan la línea del consentimiento. No es el contenido más agradable, pero sí el más necesario cuando el objetivo es prevenir abusos y malas experiencias.

Aquí es donde entra la parte menos popular del discurso. La educación sexual responsable no busca gustar a todo el mundo, ni adaptarse a lo que mejor funciona en redes sociales. Busca ofrecer herramientas para que cada persona pueda tomar decisiones informadas. En 2025, muchos artículos han ido precisamente en esa dirección, desmontando ideas idealizadas y recordando que no todo vale bajo la etiqueta de BDSM.

Y sí, a veces educar así implica renunciar a crecer más rápido. Pero también implica algo mucho más importante: coherencia. Mantener una línea clara, sin concesiones, ha permitido que #LaEscuelaDeBDSM siga siendo un espacio de referencia para quienes buscan información seria, sin adornos ni discursos vacíos. Porque educar no es entretener, es responsabilizar. Y en sexualidad, eso marca la diferencia.

Crear contenido educativo sobre BDSM implica asumir un reto constante: hablar al mismo tiempo a personas que están dando sus primeros pasos y a otras que llevan años dentro de la comunidad. En 2025, #LaEscuelaDeBDSM ha seguido apostando por ese equilibrio, evitando tanto la simplificación excesiva como el lenguaje críptico reservado solo a quienes ya dominan ciertos conceptos. El objetivo ha sido claro: ofrecer información comprensible, útil y aplicable a distintos niveles de experiencia.

Porque uno de los errores más comunes en el BDSM es pensar que la experiencia sustituye al aprendizaje. A lo largo del año, muchos artículos han puesto el foco en revisar ideas que se dan por sentadas, cuestionar hábitos normalizados y recordar que el consentimiento, la comunicación y los límites no son conceptos que se “aprenden una vez y ya está”. Incluso quienes llevan tiempo practicando pueden caer en automatismos peligrosos si dejan de reflexionar sobre sus dinámicas.

Aquí es donde el contenido dirigido a personas con experiencia cobra especial importancia. No para señalar, sino para invitar a la autocrítica. 2025 ha sido un año de artículos que incomodan lo justo para generar reflexión, abordando temas como la confusión entre roles, la idealización de la sumisión o el abuso de poder disfrazado de autoridad. No desde el ataque, sino desde el análisis.

Y quizá esta sea la parte más irónica: muchas veces quienes más se resisten a leer sobre seguridad, límites o ética son quienes creen que ya no lo necesitan. Por eso, #LaEscuelaDeBDSM ha seguido defendiendo una idea sencilla pero contundente: en BDSM, saber más no te hace infalible, te hace responsable. Y esa responsabilidad no se abandona con los años, se refuerza.

Durante 2025 ha quedado cada vez más claro que muchos de los conflictos que aparecen alrededor del BDSM no se resuelven solo con información escrita. Los artículos ayudan, orientan y previenen, pero hay situaciones que necesitan algo más profundo: acompañamiento profesional. De ahí nace la decisión de abrir en 2026 los servicios de Coaching Sexual y Terapias de pareja, como una evolución natural de #LaEscuelaDeBDSM y no como un simple añadido al proyecto.

A lo largo del año han sido muchas las consultas, mensajes y situaciones compartidas que apuntan en la misma dirección: problemas de comunicación, dinámicas de poder mal entendidas, rupturas por falta de acuerdos claros o confusión entre deseo, obligación y rol. El BDSM no crea estos conflictos, pero sí puede amplificarlos cuando no se trabaja desde la conciencia y la responsabilidad. Y ahí es donde un espacio terapéutico especializado marca la diferencia.

El enfoque de estos servicios no parte de corregir ni de juzgar, sino de entender la sexualidad y las relaciones desde su complejidad real. No todas las parejas quieren lo mismo, no todas las dinámicas BDSM son iguales y no todas las crisis se solucionan con las mismas herramientas. El trabajo terapéutico permite revisar acuerdos, reconstruir la comunicación y detectar a tiempo patrones que pueden derivar en daño emocional o relacional.

Quizá la parte más incómoda de todo esto es aceptar que, incluso con información, a veces no basta. Y eso no es un fracaso, es una realidad. Apostar por el Coaching Sexual y las Terapias de pareja en 2026 es reconocer que el BDSM sano también necesita espacios seguros donde hablar, dudar y replantearse cosas sin miedo. Porque educar está muy bien, pero acompañar cuando hace falta es aún más importante.

Si algo ha marcado de forma especialmente frustrante el 2025 ha sido la relación con las redes sociales. No por falta de contenido ni de constancia, sino por una censura cada vez más arbitraria que penaliza la educación sexual mientras permite la desinformación. Hablar de BDSM desde la ética, la seguridad y el consentimiento sigue siendo tratado como un problema, aunque el enfoque sea claramente educativo y preventivo.

Lo irónico es que esta censura no elimina el contenido sexual, solo elimina el contenido responsable. Mientras artículos que explican límites, prevención de abusos o salud mental son ocultados o restringidos, otros mensajes mucho más peligrosos circulan sin ningún filtro. El resultado es un ecosistema donde aprender se castiga y simplificar en exceso se premia. Y eso, lejos de proteger a nadie, deja a muchas personas sin referencias fiables.

Durante 2025, #LaEscuelaDeBDSM ha tenido que adaptarse constantemente a normas poco claras, cambios repentinos en algoritmos y penalizaciones difíciles de justificar. Todo esto obliga a dedicar tiempo y energía a sobrevivir en plataformas que no diferencian entre educación y pornografía. Aun así, el proyecto ha seguido publicando, aunque muchas veces hacerlo implique remar a contracorriente.

Aquí el tono se endurece, porque es necesario. La censura en redes sociales no cuida, infantiliza. No protege, empuja al silencio o a fuentes dudosas. Y cuando se trata de sexualidad y BDSM, ese silencio tiene consecuencias reales. Seguir divulgando en este contexto no es solo una decisión editorial, es un posicionamiento claro: callar no es una opción, aunque incomode a plataformas que prefieren no mirar de frente la realidad.

Las cifras no lo son todo, pero cuando se analizan con contexto dicen mucho más de lo que parece. En 2025, #LaEscuelaDeBDSM ha vuelto a superar el objetivo marcado de más de 100.000 visitas anuales, logrando este reto por segundo año consecutivo. En un proyecto educativo sobre BDSM, con censura constante y sin contenido diseñado para agradar a los algoritmos, este dato no es menor. Es la confirmación de que hay una demanda real de información seria y bien estructurada.

Si se observan las estadísticas de este año de forma aislada, el crecimiento ya resulta significativo. Pero cuando se comparan con los datos acumulados desde el inicio del blog en 2020, el mensaje es aún más claro: no se trata de picos puntuales ni de modas pasajeras. La evolución es progresiva, sostenida y coherente con el tipo de contenido que se publica. No hay explosiones virales, hay lectores que vuelven, leen y permanecen.

La parte irónica llega cuando se entiende qué contenidos son los que mejor funcionan. No son los más provocadores ni los más ligeros, sino aquellos que abordan temas complejos: consentimiento, límites, prevención de abusos, roles mal entendidos o salud mental. Justo los temas que más suelen ser penalizados en redes sociales. Y aun así, siguen encontrando su público.

Estas estadísticas también reflejan algo menos visible, pero igual de importante: la confianza. Quien llega a #LaEscuelaDeBDSM suele quedarse más tiempo, navegar por varios artículos y profundizar. Eso no ocurre por casualidad, ocurre cuando el contenido responde a dudas reales y no a promesas vacías.

Superar las 100.000 visitas no es un trofeo, es un indicador. Señala que el camino elegido, aunque más lento y exigente, funciona. Y confirma que educar con rigor, incluso en un entorno hostil, tiene recorrido a largo plazo.

Llegar hasta aquí no es un logro individual, aunque #LaEscuelaDeBDSM esté gestionada por una sola persona. Cada visita, cada lectura completa y cada mensaje recibido forman parte de lo que ha sido 2025. Este proyecto existe porque hay personas al otro lado de la pantalla que buscan información responsable, que se toman el tiempo de leer y que valoran un enfoque crítico y honesto sobre el BDSM.

Gracias a quienes llegaron con dudas y sin referentes claros. A quienes encontraron respuestas que no siempre eran las que esperaban, pero sí las que necesitaban. También a quienes discreparon con respeto, porque el desacuerdo argumentado es parte esencial del pensamiento crítico y del aprendizaje real. Un espacio educativo no crece a base de aplausos, crece a base de diálogo.

Es importante agradecer también a quienes recomiendan los artículos, comparten enlaces o defienden la necesidad de una educación sexual seria en conversaciones privadas, lejos de los focos. Muchas veces ese apoyo no se ve en estadísticas, pero es lo que mantiene vivo un proyecto cuando el entorno no acompaña.

Y, por supuesto, gracias a quienes entienden que el BDSM no es solo práctica, sino también responsabilidad, cuidado y revisión constante. 2025 ha demostrado que existe una comunidad que no busca atajos ni discursos vacíos, sino información que ayude a construir relaciones y dinámicas más sanas.

Este agradecimiento no cierra nada, al contrario. Es un punto y seguido. Mientras siga habiendo personas que prefieran aprender antes que repetir errores, #LaEscuelaDeBDSM seguirá teniendo sentido.

2025 no ha sido un año de fuegos artificiales, ha sido un año de reafirmación. De confirmar que #LaEscuelaDeBDSM tiene un lugar propio dentro de la educación sexual, incluso en un contexto cada vez más hostil para los contenidos responsables. El crecimiento, las cifras y la comunidad que se mantiene alrededor del proyecto no son el resultado de una estrategia agresiva, sino de una línea clara que no se ha traicionado desde 2020.

Este año también ha servido para asumir algo importante: educar en BDSM implica resistir. Resistir la censura, la simplificación excesiva y la tentación de suavizar el discurso para encajar mejor. Pero también implica evolucionar, abrir nuevas vías como el Coaching Sexual y las Terapias de pareja, y reconocer que la información, aunque necesaria, no siempre es suficiente por sí sola.

Cerrar 2025 no significa poner un punto final, sino sentar las bases de lo que viene. Con más herramientas, más acompañamiento y la misma idea de fondo: el BDSM solo puede ser sano si se construye desde el conocimiento, el respeto y la responsabilidad. Mientras eso siga siendo el eje, el camino continúa.

😈 Opinión de Amo Diablillo 😈

Hay algo que en 2025 ya no se puede seguir maquillando: gran parte del discurso sobre BDSM en redes es superficial, irresponsable y, en muchos casos, peligrosamente ignorante. Se ha normalizado hablar de poder sin responsabilidad, de sumisión sin límites y de dominación sin autocontrol. Todo envuelto en frases bonitas y vídeos atractivos, pero vacío de contenido real. Y lo más grave es que muchas personas nuevas llegan ahí creyendo que eso es una referencia válida, cuando en realidad es una receta perfecta para el daño.

La censura ha hecho el resto. Al silenciar la educación y premiar la caricatura, las plataformas han creado un entorno donde aprender es más difícil que repetir errores. Quien intenta explicar consentimiento, abuso o salud mental es penalizado; quien reduce el BDSM a una estética vacía suele pasar desapercibido. Esto no es neutral, tiene consecuencias. Cada vez que se elimina contenido educativo, se deja espacio a la desinformación y se empuja a la gente a aprender a base de golpes emocionales.

Y aquí va la parte más incómoda: el BDSM no necesita más gurús ni más personajes inflados por seguidores, necesita más personas dispuestas a asumir responsabilidad. Practicar BDSM sin cuestionarse, sin formarse y sin revisar dinámicas no es libertad sexual, es negligencia. Y mientras haya quien prefiera sentirse especial antes que hacerse cargo, proyectos como #LaEscuelaDeBDSM seguirán siendo necesarios, aunque incomoden, aunque molesten y aunque no sean amables. Porque educar nunca fue un acto cómodo, pero sí imprescindible.

En #LaEscuelaDeBDSM, me enorgullece ofrecer un espacio de aprendizaje y reflexión completamente independiente. Mi labor no se financia mediante clases de pago ni cuento con patrocinadores que respalden mis actividades. La única fuente de apoyo económico proviene de la venta de los libros de la Saga MyA, disponibles en sagamya.laescueladebdsm.com . Estos libros, escritos con dedicación y basados en experiencias reales, buscan educar, inspirar y entretener tanto a personas novicias como a quienes ya forman parte de la comunidad BDSM.

Cada ejemplar de la Saga MyA comprado incluye algo muy especial: una firma manuscrita y una dedicatoria personalizada de mi parte, reflejo de mi compromiso por mantener una conexión cercana y auténtica con quienes me apoyan. Al adquirir uno de estos libros, no solo estarás disfrutando de una historia envolvente, sino también apoyando una iniciativa educativa única que busca desmitificar el BDSM y promover una práctica ética y consensuada. Tu contribución es vital para que pueda seguir llevando adelante esta misión.

¡Gracias por formar parte de esta comunidad y por ayudar a que #LaEscuelaDeBDSM siga creciendo y educando!

Y como siempre digo: me despido por hoy de todos/as vosotros/as con la intención de vernos en redes sociales, chats, foros, y que hablemos de BDSM siempre que sea posible.

Como siempre os digo, mis queridos alumnos, yo no soy un Maestro ni un Tutor, solo expongo mi experiencia, mis conocimientos adquiridos y adquirentes, para que todos podamos aprender.

Vive el BDSM con RESPETO y HUMILDAD.

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AMO DIABLILLO

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Soy AMO con experiencia en BDSM. En este Blog se intentará enseñar todo lo relacionado con el BDSM, de la forma más correcta posible.

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