
EL DOM NO ES UN VERDUGO SINO UN CREADOR DE LIBERTADES
“EL DOM NO ES UN VERDUGO SINO UN CREADOR DE LIBERTADES. Ah, la humillación… ese momento glorioso en el que el Dominante se convierte en una especie de villano de película barata, con látigo en mano y risa malvada de fondo, ¿verdad? Claro, porque nada dice ‘responsabilidad emocional’ como arrastrar a alguien por el suelo sin contexto ni consentimiento. Spoiler: no.”
La humillación, vista desde el rol dominante, es un arte. Uno que va mucho más allá del simple acto de “bajar a alguien” o jugar con palabras fuertes. Es una herramienta que, usada correctamente, permite explorar territorios profundos del deseo, del poder y de la entrega. Pero como todo arte, requiere comprensión, técnica, límites y, sobre todo, humanidad. Este artículo pretende desmontar los clichés del Dom cruel y despiadado y ofrecer una mirada honesta, ética y responsable sobre cómo ejercer la humillación desde el dominio consciente, no desde la ignorancia arrogante.
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