Dicen que estamos en el año 2021, pero yo creo que estamos en pleno Siglo XXI, The New Taboo está dando que no hablar.
Voy a explicar esto del «The New Taboo». Cuando te mueves por redes sociales descubres nuevas cosas, nuevas tendencias, nuevas amistades y, como no, esos queridos haters. Estos últimos se encargan de darme publicidad de manera gratuita y como decía Camilo Sexto: Mola mazo, ver en sus palabras la ira, la inquina, pero también la frustración de quien no consigue que su objetivo se haga efectivo y recurren al insulto fácil porque no saben defender con palabras sus argumentos. Gracias a todos.
Si trabajas, y me refiero a trabajar y ganar dinero, con las redes sociales día tras día, observas y aprendes a tratar a cada persona. Ya sea por motivos laborales, sea en redes personales o, como es este caso, en redes de temática BDSM. Se supone que en el Siglo XXI tenemos la libertad para hablar de cualquier cosa, incluido el sexo. Ojo, hablo de sexo, no de pornografía, algo natural en la especie humana.
Pero existen factores como la presión social, los «valores éticos», la vergüenza, etc., pero la gran verdad es que siempre son los demás, jamás pensamos en nosotros, sino en «el que dirán». No pensamos en que es lo que nos hace feliz, lo queremos a nivel individual. Todo eso hace exista una represión a la hora de hablar con libertad de cualquier cosa que ataña al sexo.
¿POR QUÉ TANTO MIEDO?
El ser humano tiene muchas aptitudes, entre ellas esta el miedo, algo natural que nos limita y nos defiende de lo que desconocemos. El miedo es una defensa ante aquello que no estamos seguros, que desconocemos, que nos debilita. Se supone que debemos enfrentarnos a nuestros miedos, pero sabemos que no es nada fácil y si a eso le juntamos la presión social, es un «apaga y vámonos».
Siempre estamos pendientes de no ofender a nadie, de reprimir lo que queremos, lo que sentimos o lo que deseamos. Eso es un gran error, ¿Cómo vamos a conseguir lo que queremos si no somos capaces de expresarlo? Tenemos que pensar nuestra felicidad y hacerlo sin pensar en que podemos molestar a otras personas por hacer lo que nosotros queremos.
Se dice que cada generación tiene la mente mas abierta, pero no es cierto, cada vez se reprime y niega más cosas. Antes podías hablar con una persona a pesar de tener diferencias, pero ahora con las redes sociales se juntan en hordas de salvajes para atacar a una persona. Esas actitudes hacen que la gente se piense mucho en abrirse y contar ciertas cosas, sobre todo relacionado con el sexo.
¿POR QUÉ HAY MIEDO AL SEXO?
No es que haya miedo al sexo, sino que hay miedo de hablar de lo que hacemos. Todos hemos nacido del sexo, porque hasta para nacer por vía invitro, un hombre ha tenido que hacerse una paja (para los sensibles: masturbarse) y así poder sacar los espermatozoides para fecundar el óvulo. Queráis o no, el sexo está ahí, siempre ha estado y siempre va a estar.
En España no hay ni formación ni formadores que puedan dar charlas, clases o buenos consejos para practicar una actividad sexual sana. Si a esto además le juntamos la puta manía que tienen los gobiernos de politizar la educación, no se puede confiar mucho en esa formación que intentan proporcionar. Ante ese desconocimiento es normal que surjan los miedos, pues no sabemos a ciencia cierta si lo que intentamos transmitir es fiable y seguro.
Si, además de eso, le juntamos la represión religiosa en la que durante tantos años hemos estado inculcados, es un desastre. La mayoría de las religiones ven el sexo como un pecado, cuando resulta que la mayoría de esas religiones están basadas en pecados. Cada uno puede y debe vivir su sexualidad sin pensar en que, según una teología, está comiendo un acto inmoral y pecaminoso, algo en lo que no creo.
¿QUÉ HACER CONTRA ESA CENSURA?
Solo hay algo que se puede hacer contra toda esa censura y falso puritanismo, y no es otra cosa que tratar una cosa natural como lo que es, algo natural. No hay que amilanarse a la hora de hablar de un sexo natural, no tener prejuicios y, por supuesto, tratarlo sin vergüenzas. Si alguien nos critica, tenemos que recordarle que el viene del mismo sitio y que por tanto tiene dos opciones: respetar y callar o irse de forma tranquila.
El que una persona hable de sexo no la convierte en un pervertido, ni un trastornado mental, ni un depravado. Y quiero dejar claro que digo sexo, no pornografía, vamos a llamar a las cosas por su nombre. Puede que para «los puritanos/as» sea lo mismo y de ahí venga su ira contra quien habla del sexo de forma natural, pero no lo es, son cosas diferentes.
Tenemos que transmitir a nuestros hijos lo referente al sexo para que no haya embarazos no deseados, que no tengan ETS (Enfermedades de Trasmisión Sexual) y que no tengan trastornos mentales causados por ciertos actos. Que sepan identificar un acoso en el primer segundo, que sepan identificar que les sucede a su cuerpo o que sepan que no se pueden quedar embarazados por masturbarse y, por supuesto, conocer todos los medios anticonceptivos, tanto los femeninos como los masculinos.
RESUMIENDO TODO
Tenemos que dejar de censurar hablar de sexo, hemos de tratarlo con cualquier otro tema y darle la importancia que se merece. Hemos de informar a nuestros hijos sobre este tema y hacer de una manera natural, sin cohibirnos, sin prejuicios y dejando claro que no nos importan el «que dirán». Informar de los beneficios y los peligros que existen, informar de todo lo que la experiencia nos ha proporcionado y así evitar sustos innecesarios.
No es malo tratar este tema en familia, además de que aportará un halo de confianza para que el día de mañana, si surge algún problema, podamos asesorar y ayudar a quien nos pida ayuda. BASTA YA DE CENSURA, y empecemos a hacerlo desde el hogar.
Y ahora si… me despido por hoy de todos/as vosotros/as con la intención de vernos en redes sociales, chats, foros, y que hablemos de BDSM siempre que sea posible.
Recuerda que yo no soy ningún Maestro, solo soy una persona que expresa su experiencia y conocimientos dentro de nuestra cultura.
Vive el BDSM con RESPETO y HUMILDAD.
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