
Toca un tema complicado: EXPLICANDO BDSM PARA VAINILLAS. ¿Qué es eso del BDSM? ¿No es peligroso? ¿Y por qué alguien querría dejarse atar, mandar o castigar?
Estas preguntas aparecen cada vez que se menciona el BDSM fuera de su entorno habitual. Para quien no lo ha vivido ni estudiado, puede parecer una práctica extraña, violenta o incluso absurda. Pero detrás de esas siglas hay mucho más que látigos, esposas o palabras raras. Hay deseo, confianza, cuidado, autoconocimiento y, sobre todo, una forma muy concreta de entender la intimidad y la entrega emocional.
Este artículo no pretende convencerte de que pruebes el BDSM, ni hacer proselitismo del placer alternativo. Tampoco es un catálogo de prácticas. Lo que sí busca es abrir una ventana, desmontar prejuicios y explicarte, con honestidad, por qué tantas personas encuentran en el BDSM no solo placer, sino una forma profunda y consciente de relacionarse con otras personas… y consigo mismas. Si alguna vez has sentido curiosidad, rechazo o confusión sobre este tema, quédate: aquí no vas a encontrar sombras, sino claridad.
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