
Hablemos de HUMILLACIÓN: CUANDO LA ENTREGA VA MÁS ALLÁ DEL CUERPO. Hablar de humillación en BDSM es como intentar explicar a tu cuñado que te gusta que te llamen “gusano inútil” mientras alguien te pisa la cara… con amor, respeto y consentimiento. En resumen: te miran raro. Incluso dentro de la comunidad, hay quienes evitan el tema, como si fuera el último cajón del armario donde escondemos los juguetes que no queremos que nadie vea. Y sin embargo, ese mismo cajón suele estar lleno de algunas de las experiencias más intensas, liberadoras y transformadoras para muchas personas sumisas.
Este artículo nace precisamente de esa tensión: la incomodidad de hablar de lo que se considera “feo”, “inmoral” o “destructivo”, frente a la vivencia real de quienes encuentran en la humillación un lenguaje emocional y erótico profundamente válido. No se trata de justificar el maltrato, ni de glorificar dinámicas que no estén consensuadas. Se trata de entender qué ocurre cuando una persona sumisa desea ser humillada, cómo se negocia, cómo se cuida, y qué puede significar para su rol, su identidad y su placer.
Vamos a ver de cerca este tipo de prácticas, desde la vulnerabilidad, la reflexión ética y, por qué no, con una pizca de ironía al inicio de cada sección. Porque si algo tiene la humillación, es que duele… pero a veces también da risa. Y placer. Y poder.
Seguir leyendoVisitas: 5
Debe estar conectado para enviar un comentario.